Esta plataforma ciudadana, con un diputado en el Congreso, reclama medidas que faciliten la instalación en las comarcas rurales de las personas que quieren vivir en ellas, y considera inaceptable que la Diputación “saque pecho” con esos treinta pueblos recuperados en las últimas décadas, cuyos habitantes han tenido que volver a darles vida, en muchas ocasiones, denuncia, “contra la administración, o siendo ignorados por ella”
(Huesca, 20 de febrero de 2018) El pasado lunes se presentaba en Huesca un estudio del arquitecto Sixto Marín en el que se catalogaban 31 pueblos vacíos, “recuperados” en las últimas décadas. La Diputación Provincial, que ha financiado ese trabajo, se felicitaba por esos treinta logros. Alto Aragón en Común denuncia que los habitantes de esas decenas de pequeñas localidades “han tenido que volver a darles vida, en muchas ocasiones, contra la administración, o siendo ignorados por ella”, por lo que considera inaceptable que la corporación provincial “saque pecho” por esta circunstancia, al tiempo que reclama un plan global que permita avanzar en la repoblación del medio rural, “para que recuperar pueblos no tenga que seguir haciéndose, con frecuencia, a pesar de las instituciones”.
Esta plataforma ciudadana, que tiene un diputado en el Congreso, en el grupo parlamentario de Unidos Podemos-En Común-En Marea, recuerda que “ni los gobiernos del PP ni los del PSOE han impulsado un plan que permita retornar a sus pueblos a quienes tuvieron que abandonarlos con la complicidad, cuando no con la participación directa de las instituciones”. En este sentido, cita casos como los de las localidades afectadas por los embalses o las políticas de repoblación forestal. Y destaca el caso “emblemático” de Jánovas, uno de los que recoge el estudio de la Diputación, “en el que ni las instituciones aragonesas ni las estatales presionaron para conseguir una reversión pronta y en condiciones justas para sus habitantes”.
Alto Aragón en Común considera “escasas y tardías” las medidas aplicadas para facilitar la llegada de nuevos pobladores, o para que se mantengan en el medio rural quienes permanecen en él contra viento y marea. Y denuncia que los sucesivos gobiernos “han bloqueado, además, la vía la cesión de núcleos expropiados o adquiridos por la administración en décadas anteriores”; incluso, señala este colectivo, a pesar experiencias como las de Aineto, Ibort y Artosilla, “que han permitido mantener población y una escuela en un valle como el del Guarga”. Los jóvenes que se han mostrado dispuestos a dar vida a pueblos abandonados, afirman, “sólo han encontrado trabas o represión en lugar de un mecanismo para facilitar la repoblación rural y la integración de nuevos habitantes”.
El “colmo”, concluyen, es “que la Diputación ahora alardee de ello”. Y piden una actuación integral, que vaya “más allá de ceder unos pocos espacios, hace ya varias décadas, a entidades sociales o asociaciones que se han hecho cargo de su recuperación”.
Fotografía: Jánovas (Wikimedia Commons; y kurtsik, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=50212590)