En el Día de la Libertad de Prensa, por la pluralidad informativa, por la libertad de expresión, por…

Hoy se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. La Asociación de Periodistas de Aragón ha realizado diversos actos en los que denuncia el retroceso de la libertad de expresión en España recordando sucesos como las sanciones impuestas por la Ley Mordaza o distintas sentencias judiciales sobre delitos de exaltación del terrorismo o contra el honor. El comunicado leído pedía la derogación de la citada ley, el fin de los ataques a periodistas y a su independencia, y mejoras en un sector que vive tiempos de cambios y dificultades -entre ellas combatir la desigualdad salarial entre hombres y mujeres u obligar a que se retribuya a lxs becarixs-. Como también ha señalado reiteradamente la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información, las amenazas para unas libertades que son básicas para una democracia real son muchas. El retroceso en la pluralidad informativa y los lazos de muchos medios con determinados poderes económicos también están entre ellas.

Queriendo contribuir al debate y a reivindicar unas libertades de prensa, de información y de expresión efectivas, recogemos este artículo -ya recogido en Diario del Alto Aragón (1)-, en el que nuestro compañero Eduardo Marco, partiendo de la realidad de nuestro entorno, plantea algunas preguntas y abre algunas reflexiones sobre estas cuestiones.

Preguntas

Por Eduardo Marco Valle

Crecí de niño yéndome al colegio con la sintonía de Radio Zaragoza; atravesé la adolescencia devorando las páginas deportivas del Heraldo y de la Hoja del Lunes; en mis años mozos me nutrí con El Independiente y El Día de Aragón (quien los pillara); en mi “madurez” he alternado el repaso cotidiano al Diario del Altoaragón con la prensa nacional y la digital; y por supuesto, he sido telespectador casi todos los días de mi vida.
Así que no soy “anti”. Es más, soy ”amigo del periodismo”. Y lo soy porque tengo muy presente su papel en la Transición, su contribución a desenmascarar la guerra sucia del GAL, por no hablar de la labor impagable de destapar tantos casos de corrupción en sus distintas vertientes (corruptos y corruptores, financiaciones ilegales de partidos y sindicatos, puertas giratorias, sueldos y prebendas de auténtico escándalo, evasiones fiscales de “grandes patriotas”…) Periodistas… ¡Gracias!
Pero como lector-oyente y televidente crítico que soy, que es el perfil que os gusta tener, también me surgen dudas y reflexiones que querría haceros llegar.
La primera es si de verdad existe hoy una verdadera “Pluralidad Informativa” y, por consiguiente, si puede existir una auténtica “libertad de información”. Lo digo porque, examinando el accionariado de los principales medios de ámbito estatal, autonómico y local, en todos ellos aparece un conglomerado intercambiable de: grandes multinacionales, banca nacional y extranjera, fondos de inversión (Goldman Sachs, Morgan Stanley…), grupos de comunicación extranjeros y entidades autóctonas como la Conferencia Episcopal o el Opus. En el caso concreto de Aragón tenemos un gran “Mediateniente”, el Grupo Henneo que, con diversas cabeceras y con participaciones en otros grupos mediáticos, acapara buena parte de la oferta informativa (Heraldo, Diario del Altoaragón, Radio Zaragoza, Aragón TV, 20 minutos…) A nivel estatal, las “alianzas” televisivas de “tercera-sexta” y “cuatro-telecinco”, también van en esa línea ¿Se corresponde esa concentración de la propiedad con una real pluralidad informativa? Como mínimo, habría que plantearse la duda metódica o cartesiana.
La segunda reflexión que me ocupa y preocupa es el influjo de los “patrocinios” de grandes corporaciones en la línea editorial de los Medios. Escucho cada mañana una cadena de radio (podía ser cualquiera del dial) en la que uno de sus principales anunciantes es una gran Compañía Eléctrica. Una de esas que quieren suministrarnos energía con seguridad y al mejor precio, que están por la sostenibilidad y el medio ambiente, que nunca cortarían la luz a una familia sin recursos y que, por supuesto, jamás se pondría de acuerdo con otras eléctricas para concertar el precio del kilovatio. Cada día, al oír el anuncio, me pregunto… ¿estaría esta cadena dispuesta a informar con objetividad y hasta el fondo de cualquier “mala práctica” de la empresa que la patrocina “con generosidad”? Y no me refiero a lxs periodistas de calle o de redacción o de investigación… Me refiero a las personas, periodistas o no, que deciden qué temas hay que abordar, qué noticias van en portada y con qué titulares, y cuáles van en un pequeño recuadro o en un suelto o directamente “no son noticia”.
Una tercera cuestión que me planteo es la de si es ético y estético que un/a periodista que acaba de darnos una información pase, a renglón seguido o en otro momento, a hacernos publicidad de un producto ‘equis’. ¿Compensa ese sobresueldo el menoscabo a la independencia, o a la imagen de independencia, del/la periodista? Aunque esté convencidx de buena fe de las bondades del producto ‘equis’ ¿es ético tomar partido por ese producto concreto y no por otros a disposición del público? ¿No sería, de alguna manera, otra modalidad de “puertas giratorias”?
Me despido: Buenos días… aunque si digo esto me pueden acusar de manipulador (Forges dixit)

 

 

(1) Este artículo fue publicado bajo el título «Preguntas ante un Congreso…(de Periodismo Digital)» en Diario del Alto Aragón.

 

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