Chorche Paniello Puig, candidato al Senado por la coalición Unidas Podemos-Alto Aragón en Común
Nací en Monzón en 1967 y soy altoaragonés por los cuatro costados, de madre nacida en Estadilla y padre en Santalecina.
Conozco el territorio poblado y el despoblado. Lo defiendo con mi trabajo, desde la cultura y con el uso y la promoción de la lengua aragonesa. Vivo en constante aprendizaje.
Soy un cooperante para el desarrollo, un dinamizador de la vida social a través de la organización de ferias, por medio de la prensa alternativa y también con el trabajo institucional. Se podría decir que soy un activista.
“Mundo rural y capitalismo son conceptos antagónicos”
¿Desde cuándo pertenece usted a Alto Aragón en Común?
Formo parte de la confluencia Alto Aragón en Común desde la aparición de la Marea Aragonesa, a principios de 2017.
¿Qué es la Marea Aragonesa?
Básicamente es un instrumento de participación política para defender los intereses de la mayoría y profundizar en la democracia real, una suerte de código ético para Alto Aragón en Común, que es un espacio político plural, horizontal, confluyente e inclusivo en el que participan las personas, no los partidos políticos.
¿Qué le impulsa a presentarse como candidato al Senado por Alto Aragón en Común?
En 2015 y 2016 Alto Aragón en Común obtuvo un diputado por la provincia de Huesca, y ese es un capital político que no se puede perder. Confieso que en esas elecciones era la primera vez que tenía conciencia de que mi voto no iba a la basura, contribuía a designar un representante en el Congreso. Había que volver a apostar por esta iniciativa y tratar de revalidar ese esperanzador resultado.
¿Qué aporta su formación al programa de la coalición Unidas Podemos?
El carácter territorial del programa, la relación de la política nacional con el Alto Aragón, es decir, trasladamos las reivindicaciones de nuestra tierra a un proyecto político que debe contar con los territorios. En Alto Aragón en Común tuvimos varios debates muy serios para determinar si apoyábamos la coalición, finalmente valoramos la oportunidad de hacerlo para que en Madrid se escuche de nuevo la voz de las mujeres y los hombres de la provincia de Huesca.
El ferrocarril de la zona oriental
¿Qué aspectos de su proyecto político considera que aportan al programa? ¿Cuál sería ese impulso territorial al que se refiere?
El ferrocarril, fundamentalmente. Los compañeros saben que me preocupa el relanzamiento del ferrocarril en la zona oriental de la provincia como motor de desarrollo y equilibrio. Esta es una iniciativa por la que hay que apostar sin titubeos. Hay una simbiosis entre la organización y la iniciativa que propongo para que sea un elemento fundamental en la campaña electoral de Unidas Podemos.
¿Tan importante es el ferrocarril?
Monzón ha sido una ciudad de ferrocarril. Teníamos una azucarera y una conservera a la que llegaban los trenes. Desde Monzón se podía viajar a los cuatro puntos cardinales de la Península, pero cuando se empiezan a extender las líneas de alta velocidad en los años noventa, se apuesta claramente por una vía que esté más baja que la provincia de Huesca, la vía de Caspe, es decir, la vía de Lleida que une Zaragoza con Barcelona y entonces nos quedamos aislados. Por otra parte, los recortes cada vez han sido más importantes y ahora mismo nos encontramos con que apenas hay combinaciones y sobre todo, no podemos llegar a Cataluña en tren además de que multitud de apeaderos han sido clausurados.
¿En todo este tiempo ningún partido se ha preocupado por el tren?
Hace veinte años hubo un importante movimiento en la zona oriental para reactivar este asunto. Se implicaron las asociaciones empresariales, el comercio, las comarcas… pero los partidos políticos no estuvieron a la altura de las reivindicaciones, tenían asumido que era una batalla perdida y no iban a destinar esfuerzos para un proyecto que no podía prosperar. El Estado propiciaba la alta velocidad y nuestro territorio quedaba fuera de esos planes. Solo un partido se movió en aquel momento, el PSOE, pero apostó por llevar el AVE a Huesca nada más. Lograron su propósito, de lo que me alegro enormemente, pero al tiempo que se vertebraba la capital, se dejaba en la más absoluta orfandad a la parte oriental.
¿A estas alturas existe alguna solución para este asunto?
Binéfar presenta unas tasas de desarrollo enormes vinculadas al sector de la agroindustria mientras las comarcas del Somontano y el Cinca Medio, empleando términos del mundo capitalista, se encuentran muy estancadas, en proceso de recesión podríamos decir, por lo que estos espacios necesitan un revulsivo en infraestructuras sostenibles, naturalmente, lo que nos lleva indefectiblemente a pensar en el tren. Es preciso unir por la antigua vía, propiedad de Renfe y de Adif, y para ello hay que estar en el Senado, las localidades de Barbastro, Castejón del Puente, Selgua, Monzón, Binéfar y Tamarite. En Tamarite de Litera, además, debería proyectarse una estación intermodal para el tren y los autobuses. Esta propuesta, de importancia extraordinaria, generaría mucho empleo y supondría vertebrar las tres comarcas: el Somontano, La Litera y el Cinca Medio.
Binéfar vive una expansión económica imparable…
En efecto, lo que puede provocar enormes colapsos circulatorios. La agroindustria de Binéfar nos va a sorprender en un futuro muy próximo, ya que no existen en la provincia empresas de las características y magnitud de la que se está construyendo.
¿De qué tipo de tren estamos hablando?
De un tren de cercanías regional que sería el primero de la provincia de Huesca dependiente de la Comunidad Autónoma, aunque no el primero de Aragón, ya que hay uno funcionando entre Zaragoza y Casetas y otro que comenzará en breve entre Zaragoza y Utebo. Hay que estar en el Senado para participar en la Comisión de Infraestructuras y gestionar la puesta en marcha de la vía férrea, pero también es preciso el concurso de Aragón, puesto que hablamos igualmente de sus competencias.
Pero la provincia de Huesca es más que la zona oriental.
Naturalmente, por eso hay que hablar también del Canfranc que es una puerta de Aragón a Europa. Una línea ferroviaria que, alimentada por un sistema de transporte público por autobús a lo largo de su recorrido, propicie la permeabilización de toda la provincia. Promovemos en nuestro programa un estudio de costes para determinar los usos del ferrocarril como plataforma de camiones en las líneas Zaragoza-Jaca y Zaragoza-Monzón-Barcelona. Estos ejes de transporte, naturalmente, también servirían como servicio público para los trabajadores que a diario se ven obligados a viajar y deben utilizar su propio vehículo. También es necesaria la mejora de la línea de autobuses entre Huesca y Pamplona, pero no solo en temporada de verano.
¿La red de carreteras es aceptable en su estado actual?
Todo es susceptible de mejora, sin duda, pero valoramos la urgencia en la finalización del eje pirenaico por la N-260 y la reforma de la peligrosa N-230 que discurre entre Lérida y la frontera francesa por la zona de Puente de Montañana y Arén. Hay que estar vigilantes para que los presupuestos generales del Estado se inviertan en su integridad y si se proyectan mejoras de cualquier índole, deben cumplirse, sobre todo cuando hablamos de comunicaciones carreteras que tantas vidas se cobran al año, en demasiadas ocasiones por el deficiente estado de las vías. No es razonable que se pierdan inversiones muy necesarias mientras se despilfarra y dilapida en obras inasumibles como el recrecimiento de Yesa, por citar un caso lacerante que conlleva además una carga de problemática social insoportable. El bipartidismo no ha estado a la altura de las circunstancias.
La España vaciada: un mundo rural que agoniza
¿Tiene algún arreglo la despoblación del mundo rural?
Conozco en primera persona lo que es la despoblación. He vivido en Aldea de Puy de Cinca, he trabajado para la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón en la recuperación de especies autóctonas como la gallina de Sobrarbe y el burro del Pirineo aragonés. He pateado todo el Alto Aragón para fortalecer este proyecto que con enorme esfuerzo se pudo llevar a buen término. He trabajado en la adecuación de la red de senderos altoaragonesa… Sé lo que es la despoblación, la he visto, la he vivido y la he sufrido. Sé lo que es la falta de comunicaciones, de servicios y de oportunidades. El desarrollo del mundo rural y el capitalismo son conceptos antagónicos.
Pero le pregunto si ese lamentable panorama tiene alguna solución.
Intentar mantener a la escasa población que todavía permanece en los pueblos, en ese mundo rural que agoniza, es uno de los puntos fundamental de cualquier opción política. Hay que implementar medidas económicas de todo tipo y adaptar la realidad normativa del mundo rural y sus actividades productivas a unas exigencias impositivas basadas en la justicia social. Pero sobre todo, hay que hacer esfuerzos en materia de servicios sociales como los sanitarios y el cuidado de ancianos, la educación, las comunicaciones no solo carreteras o de ferrocarril, también Internet de banda ancha, algo que se ha convertido en esencial para poder desarrollar cualquier proyecto de trabajo en el lugar más alejado de un centro urbano.
En ese aspecto, el de Internet, parece que algo ya se está haciendo.
Hablo de dotar el servicio a través de una compañía pública. Hace años, la Compañía Telefónica tenía una plantilla de más de mil trabajadores, pero con la privatización todos los puestos de trabajo se perdieron. Esas personas estaban todos los días de la semana rondando por los pueblos y si se estropeaba una línea, inmediatamente acudía un operario. Una empresa pública de telefonía móvil y de Internet daría cobertura instantánea a cualquier incidencia y propiciaría que la gente desarrolle su vida con garantía de servicio en sus pueblos. Nos hemos acostumbrado a leer que en tal o cual localidad no tienen teléfono desde hace una semana… ¿cómo es posible que ocurra semejante desatención? Lo mismo podría decir de la falta de los servicios sociales más elementales. Vivir en un pueblo hoy no tiene que ser una aventura.
Habla usted de justicia social impositiva, de medidas fiscales especiales para el mundo rural.
Sí, incluso propiciar un ingreso económico mínimo por el hecho de vivir en pueblos de menos de un determinado número de habitantes. Es preciso garantizar la subsistencia de la gente para que puedan complementar la renta con otros posibles trabajos. Esta medida podría llevar aparejada la obligatoriedad de atender por ejemplo la limpieza de montes públicos, el aprovechamiento maderero u otras actividades de carácter social y utilidad para la comunidad.
Parece una medida utópica, pero sobre todo, muy cara…
Es cierto que de momento no contamos con la financiación necesaria, pero Huesca es una provincia que genera mucha riqueza a través del agua y de la luz. Esa economía debería repercutir en el mundo rural, en todos los pueblos, al menos los que sufren las servidumbres de los saltos eléctricos o los aprovechamientos y explotación de sus recursos.
Pablo Iglesias, líder de Podemos, ha llegado a plantear una empresa pública eléctrica.
En efecto, Pablo Iglesias sostiene que es necesaria una empresa eléctrica estatal, lo que quiere decir que habrá que nacionalizar saltos eléctricos que produzcan esa energía, pero también la compañía que la distribuya y asuma proyectos tecnológicos I+D+I medioambientalmente sostenibles. Hemos sufrido muchos años de expolio de recursos que no generan desarrollo ni expectativas en una provincia productora de electricidad como la nuestra.
¿Qué posición política tiene Alto Aragón en Común, y la coalición Unidas Podemos, en materia de grandes proyectos como Castanesa, Biscarrués…?
Antes hemos hablado del despropósito que supone el recrecimiento de Yesa, al que nos oponemos tajantemente, como también al pantano de Biscarrués por sus afecciones sociales y ambientales. Yesa supone la desvertebración de la Canal de Berdún, de un espacio que nunca ha vuelto a ser lo que era. Castanesa es el paradigma de un fracaso urbanístico, y no es el único de la provincia. Castanesa es inasumible salvo para las expectativas especulativas de la banca y los grupos de presión. Sin embargo, y frente a semejantes desafueros, abogamos por la conservación del medio ambiente y el paisaje creando riqueza para los pueblos, así, apoyamos la creación de un Parque Nacional en Los Monegros, una figura de protección que es elemento dinamizador del territorio en lo social, cultural y turístico. Además es un factor para asentar población, incluso para la atracción de nuevos pobladores.
Cultura, patrimonio y memoria.
Usted es un defensor del aragonés, ¿pero tiene algún futuro esta lengua?
Estoy vinculado a la lengua aragonesa porque mi madre nació en Estadilla y desde que era pequeño ya la “sentía” hablando “algo extraño”. Con el paso del tiempo fundé en Monzón lo que sería la primera escuela privada de lengua aragonesa que se llamó Nabata. No tengo ninguna duda de que el futuro de la lengua aragonesa depende de las actuaciones que el Gobierno de Aragón ponga en marcha en materia docente, tanto en la edad escolar como en la enseñanza secundaria a través de una asignatura de Lengua y Literatura Aragonesa.
¿Qué lugar ocupa el patrimonio en su programa electoral?
Muy importante, sin duda. Queremos promover la declaración de Patrimonio Mundial para el castillo de Loarre, el monasterio de San Juan de la Peña y el conjunto de las iglesias del Serrablo. Propondremos políticas de lucha contra el expolio patrimonial, impulsaremos las medidas de protección urbanística para la conservación de edificios, conjuntos arquitectónicos y edificaciones singulares de nuestros pueblos. Nos preocupa el futuro de los inmuebles catalogados por su singularidad constructiva y ubicación en zonas históricas. Trabajaremos, en la medida que sea posible desde la política de ámbito nacional, para que Sijena se convierta en un ejemplo de conservación, promoción y proyección del patrimonio al servicio de los intereses culturales y turísticos del territorio…
Recientemente la Unesco ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la técnica de construcción de muros en piedra seca.
Nuestro diputado en las Cortes por la coalición Podemos-Alto Aragón en Común, Jorge Luis Bail, se interesó el pasado mes de febrero ante el Gobierno por las consecuencias que esta declaración podrían comportar en nuestra provincia, ya que esta técnica se halla muy extendida por las comarcas de Sobrarbe, Jacetania, Alto Gállego y Somontano. No obtuvimos respuesta, pero vamos a insistir en la próxima legislatura. Es cierto que la construcción de muros en piedra seca ya goza de protección merced a la declaración de bien catalogado inmaterial del Patrimonio Aragonés, pero una acción específica por parte del Gobierno central a través del Ministerio de Cultura podría reportar importantes beneficios a todos los territorios altoaragoneses comprendidos en el ámbito de la inscripción promovida por la Unesco.
¿Memoria histórica o memoria democrática?
Es ineludible que las administraciones públicas hagan cumplir tanto la Ley de Memoria Histórica de 2007 como la Ley de Memoria Democrática aprobada por las Cortes de Aragón el pasado mes de febrero. Pero para ello hay que dotar de fondos suficientes y estructura operativa la materialización de ambos textos legales. La cultura se construye también con los materiales de la historia, de modo que no podemos objetar de nuestro pasado ni manipularlo en beneficio de tesis que favorecen intereses políticos espurios, máxime con una derecha negacionista y franquista.
¿Qué medidas considera precisas para abordar un proyecto de memoria riguroso y coherente con la historiografía seria?
Hay muchas en los dos articulados legales que he citado, pero por acudir a lo más necesario creo que es ineludible un programa de exhumación de fosas financiado por el Gobierno y exigente en los procesos de identificación a partir de un banco de ADN de carácter nacional; la anulación de las sentencias franquistas promovidas por los tribunales militares y especiales durante la guerra y la dictadura; la eliminación de símbolos y alusiones preconstitucionales en calles, plazas y lugares públicos. Son fundamentales igualmente, programas educativos para incorporar el conocimiento de la historia reciente a las escuelas e institutos y, sobre todo, la anulación de los puntos contenidos en la amnistía de 1977 que impiden juzgar los crímenes contra los derechos humanos cometidos por el régimen surgido de la Guerra Civil. Son cuestiones elementales para poder reconciliarnos con el pasado a través de la justicia, el conocimiento de la verdad y la necesaria reparación a las víctimas tal como proponen los historiadores “serios”, no el revisionismo de panfleto.
Unidas Podemos Alto Aragón en Común es el nombre de una confluencia en femenino.
Naturalmente, somos feministas, radicalmente feministas. Todas las compañeras vienen de luchas por los derechos de las mujeres desde hace muchos años. Vamos a trabajar mujeres y hombres, codo con codo por la equiparación a todos los niveles, sociales, económicos, culturales… No concebimos la política ni la realidad social sin inclusión real. En Unidas el discurso es feminista y nos dejaremos la piel también en la lucha por los derechos y libertades del cincuenta por ciento de la población.